Esguinces y distensiones musculares

Esguinces y distensiones musculares

Son lesiones de los músculos y de los ligamentos.

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Esguinces y distensiones musculares
 
¿Qué son los esguinces y distensiones musculares?
Las distensiones y esguinces son lesiones de los músculos y de los ligamentos sin llegar a producir luxación de la articulación ni fractura ósea. Un esguince es una lesión en alguna de las fibras de un ligamento sin llegar a su rotura. Una distensión muscular es un estiramiento o rotura de fibras musculares.
 
En dependencia del daño producido en los ligamentos o en las fibras musculares, se denominan los grados de los esguinces y de las distensiones, desde el grado 1 en los que no hay grave afectación de las fibras del ligamento o del músculo afectados, hasta el grado 3 en los que hay rotura de ligamentos o del músculo, y por tanto una importante alteración de la función articular o muscular.
 
¿Cómo se producen?
La mayoría de las distensiones se producen porque el músculo ha sido estirado más allá de sus límites o se ha contraído de manera muy forzada. Los esguinces se producen por un apoyo inadecuado de la articulación, con posición forzada y estiramiento más allá de los límites de los ligamentos de la articulación.
 
¿Cómo se diagnostican?
En el diagnóstico es importante conocer cuándo y cómo ocurrió el traumatismo así como su intensidad y dirección; cuándo comenzaron los síntomas: dolor, inflamación, hematoma, impotencia funcional, calor y sensación de inestabilidad; si notó un chasquido o presión en el momento del traumatismo.
 
Los síntomas asociados a los esguinces y distensiones son:
Deformidad o asimetría comparando el miembro afectado con el otro. Una distensión con una rotura completa de fibras produce un desnivel en la zona del músculo donde se han roto esas fibras, con un abultamiento a nivel de la inserción tendinosa de las fibras lesionadas. Calor local, que implica inflamación.
Alteración de la sensibilidad localizada en la zona del músculo o ligamento lesionado.
Hinchazón y/o hematoma. Suelen aparecer tiempo después del traumatismo.
Las distensiones musculares a menudo cursan con importantes hematomas.
 
Dificultad o imposibilidad funcional: empeora durante los primeros días a medida que aumenta la inflamación.
Ausencia de dolor óseo, deformidad, hinchazón, asimetría o síntomas de lesión nerviosa (cuya presencia son indicativos de fracturas o lesiones óseas y/o nerviosas).
Puede ser necesario realizar una radiografía cuando se sospeche una fractura o sea necesario descartarla ante la presencia de síntomas indicativos de existencia de fractura ósea.
 
¿Cómo evolucionan?
El pronóstico del esguince de tobillo es bueno, independientemente de la severidad del esguince. El tiempo de recuperación completa depende, lógicamente, de la gravedad de la lesión. Los pacientes con un esguince moderado, recuperan su actividad normal en una o dos semanas. Si se trata de un esguince severo que ha requerido inmovilización, suele requerir  entre 3 y seis semanas de recuperación, aunque en algunos casos perdura durante un tiempo el dolor, la hinchazón y/o sensación de inestabilidad, aunque éstas no suelen impedir de forma apreciable la funcionalidad de la articulación o extremidad lesionadas.
 
En la evolución influyen, en general:
Movilización temprana: en la rehabilitación lo más importante es la movilización temprana, dentro de los límites que permita el dolor. Debe aumentarse la amplitud del movimiento cada día un poco.
Evitar el vendaje prolongado. Existe poco beneficio con el uso del vendaje compresivo después de 48 horas.

¿Cómo se tratan?
Reposo y elevación: se debe estabilizar y proteger la región afectada con un vendaje elástico en las primeras 48 horas. La inmovilización completa no está indicada. La elevación ayuda a reducir la hinchazón. Es aconsejable la movilización temprana, comenzando típicamente después de dos días de reposo.
Hielo: el hielo reduce el dolor y debe aplicarse lo antes posible, por medio de una bolsa con hielo picado que se adapte a la zona lesionada, protegiendo la piel (p. Ej. una toalla) y aplicándolo en sesiones sucesivas, permitiendo que la región afectada recupere la temperatura normal cuando se ha quedado fría e insensible antes de volver a aplicarlo. Se puede repetir, siguiendo estas normas, tantas veces como se quiera durante las primeras 48 horas.
Compresión: ayuda a reducir la inflamación. Se realiza con un vendaje elástico sin llegar a dificultar el riego sanguíneo. Si los dedos se ponen cianóticos o presenta dolor intenso se debe retirar el vendaje.
 
Tratamiento del dolor con analgésicos, como el paracetamol. Los antiinflamatorios no esteroideos también son efectivos para el control del dolor pero sus efectos secundarios son mayores, pero pueden reducir el tiempo de curación de las distensiones o esguinces, y puede considerarse su uso por el médico cuando el paciente necesite volver a su trabajo lo antes posible.

 
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