Quiromasaje deportivo
El masaje deportivo se efectúa para preparar a un deportista con finalidad competitiva antes, durante y después de la práctica del mismo.
Huesos: les da un estímulo que contribuye a la mejor flexibilidad, suavidad y vitalidad de las articulaciones.
Músculos: elimina las sustancias nocivas (limpieza),las cuales pasan al caudal venoso afluyendo nueva sangre oxigenada los tonifica y revivifica.
Sistema Nervioso: relaja las fibras sensitivas, produciendo un bienestar y relajación general.
Piel: ayuda a la eliminación de las células muertas de la epidermis arrastrando secreciones de las glándulas sudoríparas y sebáceas, dejándola limpia y sana.
La práctica intensiva del deporte produce un exceso de formación de cuerpos tóxicos ( ácido láctico y ácido carbónico ) que impiden la resintetización, lo cual disminuye la capacidad de contracción de los músculos, hace mas lento el movimiento y produce un estado de fatiga, dolor y menor o nulo rendimiento.
El masaje favorece la eliminación de dichas sustancias permitiendo un aumento de la contractibilidad, la disminución de fatiga y la capacidad de reanudar la actividad deportiva casi de inmediato.
¿Quién es susceptible de tratamiento con terapia manual?
Cualquiera de nosotros, pues no debemos esperar a tener dolores crónicos para hacer una consulta con nuestros expertos en terapia manual. Estos dolores crónicos quizás son mucho más rebeldes a todo tipo de tratamiento y los logros obtenidos en su alivio menores, que si hubiésemos comenzado tratando de forma aguda.
Por ejemplo: cuando tenemos un esguince de tobillo no lo movemos durante un tiempo más o menos largo, el dolor cede poco a poco y podemos reincorporarnos a una vida normal. Pero ese tiempo en que el tobillo estuvo inmóvil hizo que determinadas estructuras crearan adherencias para que no se moviera, y esas adherencias determinan una zona de no movimiento o movimiento limitado indefinidamente.
Las consecuencias probablemente serán a largo plazo, pequeños dolores en rodilla o cadera originados por una ligera pérdida de movilidad en un sitio alejado del dolor y que difícilmente asociaremos a ese “pequeño” esguince. La recomendación sería no dejar al cuerpo solo ante la lucha.